4. Un cuarto sin balance.
Lo primero que tienes que determinar es cuál es el punto focal de la habitación: ten claro que el punto focal no es necesariamente el punto que quieres resaltar, si no mas bien el espacio en el cual se cumple la función principal de la habitación: por ejemplo la cama en un dormitorio.
Luego debes agregar los muebles que se relacionan con el punto focal, para seguir el ejemplo de la cama podemos hablar de la mesa de noche y una silla, y acomodarlos de forma balanceada alrededor del punto focal. Para balancear este grupo de muebles que estarían ubicados todos contra una pared, entonces deberás colocar un armario grande del lado opuesto, o un sofá con un cuadro, para balancear tu conjunto.
El balance en una habitación se ve afectado por el tamaño y la forma en la que están colocados sus muebles. Por ejemplo, como ya lo explicaba en el ejemplo anterior,si todos los muebles se ubicaran en el mismo lado tendríamos un desbalance horizontal, ya que un lado del aposento estaría lleno de muebles y el otro lado estaría vacío.
Para permitir el mejor uso de tus muebles, no sólo deberás considerar el estilo, y el color de las piezas más grandes, sino también la proporción que éstas tienen considerando su ancho, alto y «peso visual». Cuando hablo de peso visual me refiero a que no importa cual sea su peso en gramos hay piezas de nuestra decoración que ‘pesan’ más, por ejemplo una silla con las patas expuestas tiene menos peso que una butaca tapizada; las telas oscuras y gruesas son mas pesadas que las telas delgadas y en colores claros; los diseños grandes se ven más que los diseños pequeños. Para lograr balance debes usar un poco mas de lo que se nota menos y un poco menos de lo que se nota más, para decirlo de una forma sencilla 🙂
Los detalles de color también deben balancearse para que el resultado final sea armonioso, así que si resaltar una pared con un color fuerte, procura balancearla con cuadros y detalles de color en las cortinas y accesorios.
