Los principios del diseño, parte 2

Si leíste nuestro blog la semana pasada, ya sabes que existen ciertos principios que nos sirven como guía cuando planeamos la decoración de nuestro hogar. Estos parámetros están basados en el estudio de lo que le agrada a la vista y al cerebro humano, por lo que es importante conocerlos y practicarlos para que tu ambiente se sienta agradable y confortable. Ahora sigamos con los otros dos principios: armonía y contraste.

Armonía: La armonía se refiere a como los elementos  visuales se relacionan y complementan entre sí. La armonía se puede lograr por medio de la repetición de líneas y colores en la decoración. Un ejemplo de una combinación armoniosa es cuando se utiliza un esquema de colores análogos; o cuando se repiten elementos de una misma línea, como por ejemplo: cuadrados y rectángulos.

Al tomar en cuenta la armonía o unidad en tu diseño recuerda que no es necesario que todos los elementos sean idénticos en forma y color, si no mas bien que mantengan una similitud en su estilo o línea.

Veamos un ejemplo de una decoración armoniosa para que entiendas más claramente el concepto:

Aquí tienes un ambiente decorado con esquema de colores análogos que mantiene un estilo casual y relajado y repite líneas semicurvas en varios elementos de la decoración.

Foto Kelley Interiors

La armonía en la decoración hace que los humanos nos sintamos cómodos y a gusto en un espacio. ¿Cómo te sentirías en esta sala?

Contraste: El contraste sucede cuando existen elementos que son diferentes entre sí. El contraste genera interés en el diseño, y también crea unidad (aunque parezca contradictorio)ya que al llamar la atención hacia el elemento diferente también se unifican los elementos similares.

El color es una forma maravillosa de crear contraste, ya que puedes utilizar diferentes intensidades o tonos para llamar la atención, tal como lo vimos cuando estudiamos el énfasis.

Todos los diseños deberían tener algún elemento de contraste, tratando de mantener un balance para que no sea muy poco ni demasiado. El conocimiento sobre el uso del contraste en la decoración nos puede ayudar no sólo a resaltar elementos que queremos que sobresalgan, si no también a disimular los que no queremos que se noten. Por ejemplo si tenemos un nicho con una escultura vamos a procurar utilizar un color que llame la atención a este espacio, pero que no se parezca al de la escultura para que este elemento resalte. Para crear contraste podemos utilizar diferentes tonalidades de un mismo color o también podremos valernos de texturas y diseños.

Observemos una foto que nos ilustre el concepto del contraste:

En este ambiente el contraste simplemente se genera para crear interés en un ambiente monocromático y se utilizan tonalidades claras y oscuras de un  mismo color, además de la textura diferente en los cuadros de la pared.

Foto: Natural Interior Design¡Ahora si! ¡Cuéntanos como vas a poner en práctica lo que aprendiste acerca de los principios del diseño!