Puede que muchas veces hayas escuchado esta frase: «los neutros combinan con todo»
Y hoy, te quiero explicar que no necesariamente… pero ¡no te preocupes!, te voy a dar una guía para que los puedas combinar sin temor:
1.Observa el alma del color
Lo primero y más importante es entender que no todos los neutros son creados iguales, y que cada uno de ellos tiene un subtono o base, que es el color de donde viene. A mi me gusta llamarle el «alma» del color y te lo explico con fotos:
Neutro con base verde:
Neutro con base naranja:
¿Ves la diferencia? Por lo tanto, si consideramos de donde viene cada color, entonces no todos los colores neutros, por el simple hecho de ser neutros, van a ser los ideales para combinar con tus acabados; y por eso es que el primer paso para elegir el neutro perfecto es observar bien a tu alrededor.
Digamos, por ejemplo, que tienes esta piedra como acento en una pared.
Si observas detenidamente verás que hay vetas de diferentes colores en la piedra, y tendrás que mantenerte en estos tonos para crear armonía. Estos acabados son bastante demandantes de atención y no se pueden ignorar al escoger tu esquema de colores, por lo que tus elecciones deben surgir alrededor de ellos.
En este caso deberás escoger tonos que vengan del naranja o del amarillo, para que el complemento sea perfecto, algo así como esto:
Este cuidado debes tenerlo con otros elementos de tu decoración como el piso, si tienes artesonados, el color de los muebles fijos, entre otros.
Aquí puedes ver otro ejemplo de la armonía que se crea cuando se toma el color del mueble a partir del elemento ya existente, que sería la pared de piedra.
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2. Unifica con color:
Otro truco para elegir el neutro perfecto es mantenerse en uno o dos neutros como máximo, ya que la idea es que el neutro sea el color que unifique a los acabados y los elementos de la decoración en el espacio. Por ejemplo, si los sofás en tu sala tienen un neutro beige con base rosada, y tu alfombra es de un tono que lo complementa, no utilices neutros con base amarilla o verde para la pared, ya que no van a amarrar los acabados, porque no forma parte de la paleta de colores que ya tienes. Muchos tonos de beige tienen base rosada (si, aunque no lo creas) y entonces estos son los tonos que debes elegir.
3. Observa las propiedades del color:
El tercer consejo que te voy a dar es no mezclar tonos «limpios» con tonos «agrisados»; algunos también los describen como colores sucios, y aunque no me gusta la palabra creo que explica bien la idea, te ilustro con ejemplos:
Un color «limpio» es aquel que es más cercano a un color pastel, que se ve más puro y más iluminado. Este es un ejemplo de «verde limpio»
Un color «agrisado» es aquel que se ve más cercano al gris, menos puro.
Cualquier color limpio y puro a la par de un color agrisado hará que el segundo se vea sucio y añejo. Por ejemplo, si tu sobre de cocina es un color neutro y agrisado y lo combinas con un color limpio, aunque sea de la misma gama, éste color limpio afectará cómo se percibe el color agrisado y viceversa.
Y hablando de limpieza…la pintura mas limpia que puedes encontrar es Maxima Zero de Lanco que reduce o elimina el crecimiento de hongos y algas. Es de ultra bajo olor, cero C.O.V. (compuestos orgánicos volátiles), inactiva el 99.7% de virus como SARS-CoV-2 y H1N1 después de 10 minutos de contacto con la superficie pintada, y elimina el 99.99% de bacterias como E.Coli después de 24 horas de contacto con la superficie pintada. ¡Con esta pintura no le temerás a las bacterias!
Y te dejo con un último tip:
Ver el «alma» de los colores neutros es más sencillo cuando lo vemos en su familia de colores, ya que el color más intenso lo va a delatar. Entonces, si no sabes si un color viene del amarillo o el naranja, por ejemplo, fíjate en el color de la base, el que termina en -8 y así no vas a fallar!
Vas a ver que ahora donde quiera que vayas estarás tratando de ver el alma de los colores que tienes cerca…¡y eso es una excelente práctica!